Los 200 primeros casos de Mortadelo y Filemón, historia del comic español

Esta edición, realizada por Antoni Guiral y Jordi Canyissá, muestra las aventuras del famoso dúo antes de la TIA

El 14 de mayo Bruguera publicó la recopilación de la mayor obra de Ibáñez. Los 200 primeros casos de Mortadelo y Filemón recupera los comienzos de la histórica pareja de investigadores, siendo el principal gran compendio de las aventuras de los tebeos creados por el artista catalán. Antoni Guiral, galardonado con el premio a la divulgación del Salón del Cómic de Barcelona en 2007, y Jordi Canyissá, periodista y escritor, han sido los encargados de llevar a cabo la materialización de la obra.

Anotaciones de Guiral y Canyissá

A lo largo de las 240 páginas que componen el libro, los autores juegan un papel importante a la hora de comprender el motivo de las decisiones creativas tomadas por Francisco Ibáñez. Los barceloneses explican, al detalle, el contexto de la época, tanto a nivel social como literario, con el fin de meter al lector de lleno en las viñetas. Debe tenerse en cuenta que los personajes aparecen por primera vez en un ejemplar de la revista «Pulgarcito» de finales de los 50, hace más de medio siglo.

 

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La riqueza de Los 200 primeros casos de Mortadelo y Filemón viene dada, en parte, por dos motivos. El primero de ellos, el más claro, es que se nos permite, tanto a los que hemos vivido a estos personajes como figuras consolidadas del tebeo español como a los más veteranos, rememorar y magnificar el recorrido de los protagonistas. La recopilación facilita el estudio de los inicios del mayor éxito de Francisco Ibáñez, acercando a los lectores a los comienzos de las andaduras de los, por el momento, miembros de la Agencia de Información.

Además, nos da la oportunidad de conocer la vida del joven Ibáñez, el que dibujaba en los ratos libres de su trabajo. Es reseñable conocer la historia personal de un artista de la talla del catalán, con el fin de ver el respaldo, o la ausencia del mismo, por parte de sus seres más queridos. En el caso del padre de Mortadelo y Filemón, como es lógico, existió una mezcla de ambas. En un primer momento, cuando el dibujo era considerado un mero entretenimiento para el virtuoso adolescente, recibía la aprobación de su padre. En el momento en el que Francisco Ibáñez decidió lanzarse a la vida del ilustrador, dejando su trabajo en el Banco Español de Crédito, se cuestionó el juicio del historietista español.

Los 200 primeros casos de Mortadelo y Filemón: una deuda con el dibujante

Para los escritores, Antoni Guiral y Jordi Canyissá, realizar esta recopilación era un «acto de justicia». Tal y como comentaron en una entrevista con Cultus Magazine, se trata de la única compilación de las primeras apariciones de los míticos personajes de Ibáñez. Para ellos, el trato hacia estas historietas sería diferente en otros territorios. Poniendo como ejemplo a Bélgica, país que dedica un notorio protagonismo a tebeos icónicos como Las aventuras de Tinín Lucky Luke, explican este trabajo de investigación como un deber con la sociedad y, sobre todo, con Francisco Ibáñez como referente de los comics españoles.

Resulta impensable como el mayor exponente de las historietas españolas, que ha sido adaptado en diversas ocasiones al cine y la televisión, haya tardado casi 75 años en recibir una edición que esclarezca las dudas con respecto a los inicios de estos personajes. Los 200 primeros casos de Mortadelo y Filemón engrandecen, y dan valor, a la figura del dibujante, fallecido en 2023 mientras trabajaba en el ejemplar de los Juegos Olímpicos de París 2024, reconocimiento más que merecido para un artista que dedicó prácticamente la totalidad de su vida a hacer reír a los lectores a través de unas viñetas que, por complicado que parezca, mejoran con el paso de las décadas.

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