Lo bueno, si breve, dos veces bueno, o eso debieron pensar Cristóbal Garrido y Adolfo Valor, los productores de La vida breve, la nueva miniserie de comedia histórica para Movistar Plus + en coproducción con Zeta Studios. Estrenada el 13 de febrero de 2025 y dirigida por Adolfo Valor y Diego Núñez Irigoyen, cuenta en clave de tragicomedia y en solo seis capítulos el reinado de Luis I, el más breve de la historia de España.
En cuanto a los aspectos técnicos, la serie es impecable: fotografía, vestuario, maquillaje y actuaciones. Eso sí, que nadie espere rigor histórico al 100%. La vida breve está llena de anacronismos, el más llamativo la utilización de lenguaje y referencias actuales, algo que funciona bastante bien como elemento cómico, y que también acerca al espectador a la época en cuestión.
Javier Gutiérrez está excelente, como siempre, al ponerse en la piel de Felipe V, el primer monarca español de la dinastía borbónica. Un hombre melancólico, adicto al sexo y con un trastorno bipolar con síntomas como alucinaciones y delirio, que decide abdicar en favor de su hijo. En la serie se da a entender que la batuta del matrimonio real en realidad la lleva Isabel de Farnesio, segunda esposa de Felipe V, a quién da vida una divertidísima Leonor Watling.
El jovencito y naíf Luis I y su peculiar esposa francesa Luisa de Orleans están interpretados de manera hipnótica por Carlos Scholz y Alicia Armenteros. Juntar a dos caras poco conocidas, pero muy talentosas, para hacer de los nuevos reyes, junto con dos pesos pesados como Gutierrez y Watling como los antiguos monarcas, es un movimiento muy inteligente por parte del equipo de casting.
La historia de la monarquía hispánica está llena de personajes de todo tipo. España ha tenido reyes locos, odiados, amados, pero también breves e inconsecuentes, algo que no por ello no merece ser contado. El caso es que hacer mofa de la realeza es algo que al pueblo llano siempre nos ha entretenido porque nos pillan demasiado lejos, tanto en historia como en escalafón.
Luis I y su esposa, Luisa, nos dan los momentos más divertidos de la serie. En los primeros tres capítulos, ninguno de los dos parece saber lo que está haciendo, ni en su vida matrimonial ni gobernando, pero resulta que ahora son los reyes y algo habrá que hacer. Luis es ingenuo y torpe, pero encaja muy bien en el arquetipo de “héroe” y Luisa es una mujer poco convencional a quién podríamos definir como “heroína rebelde”. Sin embargo, La vida breve no es solo una sátira de la vida de la corte, en realidad estos personajes son también bastante trágicos, algo que se nota en la segunda mitad. Los últimos tres capítulos de la serie tienen un tono más serio.
Tenemos a Felipe V, un rey extranjero cansado de gobernar (o más bien incapacitado para ello) que intenta reconciliarse con la culpa de haber “matado” a su primera esposa. A una Isabel de Farnesio, agotada de su marido, a la que le gustaría reinar sin un rey. A un pobre Luis I, que en realidad solo era un chaval de 17 años a quien se lo lleva por delante la viruela, y a su también pobre esposa, quien sufría un trastorno límite de la personalidad y fue el hazmerreir de la corte española. El sentimiento al llegar al último capítulo es un poco agridulce, pues se hace un pequeña reflexión y comparación sobre el paralelismo entre la existencia y el reinado de Luis I: Ha sido breve pero bonito.
Más allá de reflexiones filosóficas, La vida breve es una demostración de que las series históricas españolas si se hacen con mimo, (y presupuesto), pueden funcionar muy bien, y que no está de más de vez en cuando contarlas desde la comedia, aunque sean cosas trágicas. Al fin y al cabo, a la tragedia y a la comedia solo las separa una cosa: el tiempo.