‘La huella del mal’: una adaptación carente

La adaptación de la novela homónima por el mismo Manuel Ríos San Martín (autor, escritor, director) llega a la gran pantalla con un largometraje irregular que no logra cumplir con las expectativas de una premisa prometedora.

La película nos propone un thriller con fórmulas propias del género, pero interesantes. La inspectora Eva Santos (Blanca Suárez) es llamada a investigar la aparición de un cuerpo cerca del yacimiento arqueológico de Atapuerca (provincia de Burgos), que sigue el mismo patrón que un asesinato ocurrido 6 años atrás, en el mismo sitio. Un caso sin resolver, que aún sigue persiguiendo a la inspectora en su vida personal.

El reclamo principal: el elenco protagonista

Como protagonista tenemos a Blanca Suárez liderando el reparto con una actuación de nivel, como ya es de esperar en una actriz talentosa como ella, que nunca ha fallado en sus trabajos anteriores, que junto con Daniel Grao, compañero coprotagonista que encarna a la perfección el personaje de Daniel, llevan el peso principal de la actuación a sus hombros. Su actuación, precisa y alineada con el dramatismo y gravedad de la trama, se ve descompensada con las del resto de personajes relevantes. Estos no están mal escritos, pero se notan dos niveles de interpretación que desequilibran las escenas.

Y es que la película falla principalmente en esta transición, porque lo que funciona en una novela es diferente cuando se lleva al cine. La adaptación de la historia escrita a la gran pantalla no es fluida, quedando desaprovechado el potencial que tiene el lenguaje cinematográfico. Por ejemplo, lo vemos en el traslado de las reacciones de los personajes, que en el medio visual se pueden permitir ser mucho más sutiles y matizadas, resultando en interpretaciones exageradas y poco convincentes.

De esta manera, es inevitable pensar que la película se hubiese beneficiado de la implicación de otro director o guionista que no fuese el mismo creador de la historia original, y es una pena, porque La huella del mal tiene elementos muy buenos con los que trabajar.

La huella violenta y los instintos humanos

Un tema que subyace a lo largo de la película es la reflexión de la inherencia de instintos violentos en el hombre desde la prehistoria. Tras tantos años de evolución parecería que la especie humana ha evolucionado en lo que respecta al dominio de los instintos y pasiones, cuando en realidad se ha mantenido inalterable a pesar de los procesos de civilización.

Este enfoque antropológico es planteado al principio y con la introducción del yacimiento arqueológico, pero queda diluido y en un plano muy secundario para centrarse en la resolución del crimen, con el cierre final de la película para retomar esta línea, que se siente un poco forzado.

Además, la manera como se introduce la trama personal de la inspectora Santos no termina de encajar con los tempos del thriller, en ocasiones desconectando al espectador del suspense de la trama principal. Su historia queda privada de profundidad y como espectadores nos habría sido más fácil conectar con sus conflictos personales si se hubiesen abordado de forma más concreta. Por ejemplo, y aprovecho para alertar de un posible espóiler, se podría enlazar su conflicto con la maternidad mediante el tema vida-muerte, y la resolución del crimen pendiente como obstáculo para poder traer nueva vida al mundo.

Con todo, La huella del mal no resulta una mala película, sino una buena premisa que peca en su ejecución.

Un comentario sobre «‘La huella del mal’: una adaptación carente»

  1. Yo tengo que reconocer que me reí a ratos con las actuaciones de ciertos personajes secundarios. Concretamente con el Alemán jajajajajaja.

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