Harry Potter, y el resto de sus compañeros, regresan a Hogwarts, pero esta vez como serie de la plataforma de streaming HBO MAX
El año pasado se anunció que las aventuras del “niño que vivió” volverían a la pantalla pero en forma de serie y de la mano de HBO Max. Se promete gran fidelidad con los libros y la participación de la autora, J.K. Rowling como una de las productoras ejecutivas. La idea es llevar a cabo una readaptación desde cero con nuevos actores y un formato de siete temporadas, lo que la convierte una gran apuesta a un producto que llevará aproximadamente 10 años de trabajo.
A fines de mayo se dieron a conocer las caras de los nuevos Harry, Ron y Hermione, luego de un exhaustivo casting en donde, dicho por el equipo de producción, se demostró el talento juvenil que abunda en la actualidad. Siguiendo la premisa de contratar actores sin experiencia previa, como en las películas originales, quedaron seleccionados Arabella Stanton, Dominic McLaughlin y Alastair Stout.

También se confirmaron los artistas que darán vida a otros personajes indispensables en esta historia. Entre ellos se encuentran, de izquierda a derecha, John Lithgow encarnando al sabio Albus Dumbledore; Janet McTeer como la inigualable Minerva McGonagall; Paapa Essiedu como el enigmático Severus Snape; Nick Frost como el cálido y contenedor Rubeus Hagrid; y Luke Thallon como Quirinus Quirrell; Paul Whitehouse como Argus Filch.
¿Qué significa hoy un relanzamiento de Harry Potter?
La saga de libros lanzada en 1997 y posteriormente adaptada al cine en el 2001 marcó un hito en la cultura popular literaria de los 2000. Los niños que vivimos el nacimiento del mundo de Hogwarts crecimos junto a sus protagonistas que materializaron el anhelo por la magia. Más allá de lo que significan para la historia de la literatura mundial, Tolkien como padre del folklore fantástico moderno, junto a Lewis y “Las crónicas de Narnia” y Rowling como una escritora más actual, no podemos evitar destacar el segundo impacto que generaron las producciones audiovisuales que alcanzaron un público que aún no había llegado a los libros.
Así como El señor de los anillos repercutió en un público un poco mayor (película que también se lanzó el mismo año por primera vez), Harry Potter se adentró en nuestra mitología moderna con la historia de un nostálgico Harry que debía cruzar el umbral de sus propios miedos e incertidumbres personificados en un contrincante poderoso y siniestro. Nos mostró la posibilidad de refugiarse en un amor construido, en personas que comienzan a formar parte de nuestra familia sin que sean familiares de sangre. El alivio de encontrar sostén en la red de afectos se personificaba en el niño de anteojos redondos que no quería volver a la casa de sus tíos y prefería pasar Navidad en el colegio junto a su mejor amigo, que sólo decidía quedarse para hacerle compañía.
Más allá de que muchos fans aclamaban por otros spinoffs (historias aledañas a la línea narrativa central) como, por ejemplo, el trasfondo de Tom Riddle, volver a apostar por el tierno trío de magos abre la posibilidad de volver a dejar huella en generaciones nuevas. Volver a permitirles soñar dentro de esta actualidad un tanto complicada, volver a ofrecerles la puerta de entrada a la aventura.
Por ahora, solo especulaciones
No hay fechas oficiales todavía pero se espera que el estreno sea durante el año 2026. Tampoco se sabe con certeza qué consecuencias tendrá este regreso, en parte por la polémica postura de J.K. Rowling hacia la comunidad trans, una cuestión que sigue generando tensiones y podría influir tanto en la recepción del público como en sus beneficios económico