Amaia Romero lo ha vuelto hacer: demostrar que se puede tener éxito en el mundo de la música sin renunciar a reflejar su personalidad en su trabajo.
Hace a penas unas semanas comenzaba la gira de su nuevo álbum Si Abro Los Ojos No Es Real, consiguiendo hacer sold out y llenar el Palau Sant Jordi. Tras una original promoción en el programa La Revuelta, donde presentó por sorpresa el tema Tengo un pensamiento y cuya actuación culminó en las calles de la Gran Vía de Madrid, la artista estrena su tercer trabajo Si Abro Los Ojos No Es Real.
Podemos decir que Amaia ya se ha consolidado un público fiel, a base de paciencia y buen trabajo. Parece que el vender por vender, lo que sea, pero rápido, no ha ido nunca con la cantante y eso ha dado sus frutos. Una anomalía en el panorama musical actual pero también un rayo de sol que da esperanzas.
Si Abro Los Ojos No Es Real, nos lo da todo. Amaia tiene la etiqueta de artista indie, y sí, pero con este trabajo también tenemos pop electrónico o incluso un par de bachatas, aunque absolutamente todo marcado con su sello único e irrepetible: su voz.
En 12 canciones Amaia nos enseña qué cosas le preocupan y le interesan.
Con Tocotó, nos devuelve a la infancia, entonando ese “corre corre caballito” al que le sigue con:
“Que quiero quedar primera,
Mira, todas han salido,
Y yo sigo en la bandera”.
Tranquila Amaia que aquí no gana quien llega primero, y efectivamente esto no es una carrera.
Por supuesto el amor también está presente en todas sus formas; los líos amorosos con Magia en Benidorm o Nanai, el desamor fugaz en Giratutto. Pero también sobre el amor de una hija por su madre a la que quiere decirle que no se preocupe como hace Amaia en M.A.P.S
“Sabes que ya tengo una edad, no lo hago tan mal
Estoy harta de justificarme”.
Pero Amaia decide rompernos un poco más el corazón y contestar a este tema con Auxiliar, la respuesta en forma de bachata, desde el punto de vista de una madre.
“Echo de menos tu mesa desordenada
La niña se fue, ya no volverá”
Aunque si hay un tema de peso en este álbum es la muerte y la irrevocabilidad de decir adiós. Porque la vida es así, algo que a Amaia aterra y fascina, algo en lo que es tan natural verse reflejado.
Plasmado en C’est la vie o Despedida, pero también en Fantasma, donde fantasea con la idea de nunca irse del todo.
Amaia acaba el disco con Ya Está, como no podía ser de otra forma, una canción en tono de nana, pero con una letra que apela al terror de la existencia:
“Me estoy mirando en un cristal
Se ha presentado una verdad
Que todos vamos a morir
Y no se puede negociar”
Efectivamente Amaia, nadie sabe cuando acabará ni qué pasará después, lo que sí sabemos es que ojalá que el tiempo que estemos aquí lo sigamos haciendo acompañados por tu música.